Crónica

(17-13; 10-18; 10-8; 21-16)

Empezamos bastante dubitativas, nos cuesta leer el partido. Se permiten demasiados contactos, sobre todo hacia nuestras jugadoras. Una vez pasados los primeros minutos, el partido se iguala y sólo un triple en la última posesión local marca la diferencia.
Hacemos un gran segundo cuarto, con buena defensa, asegurando el rebote y anotando para rápidamente igualar el marcador. Un arreón final por nuestra parte nos hace obtener 4 valiosos puntos al descanso.
Los dos equipos se nota que salen a jugarse el partido tras el descanso. Mucha agresividad, permitida por los colegiados hace que se trabe un poco el juego. Vamos mandando todo el tiempo pero al final nos consiguen recortar la exigua ventaja de que disponíamos y el partido está en 2 puntos.
El último acto es un toma y daca constante, canastas de un equipo son contestadas por el otro, y así llegamos al último minuto con el partido empatado.
En nuestro deporte 60 segundos es un mundo, en éste tiempo las locales encestan un triple que es contestado con otro nuestro. Otro triple colegial que también es empatado por las nuestras quedando 15 segundos. Recuperamos el balón con 5 segundos por jugar y saque en pista de ataque. Lo perdemos sin ni siquiera sacar, y ahora las locales disponen de 5 segundos. Contamos claramente entre 6-7 segundos de ataque, suena el pitido final y vemos como el tiro (fuera de tiempo claramente) entra, nuestras protestas no son tenidas en cuenta. Nos vamos derrotadas, en parte por nuestros errores pero en otra parte, también, gracias al mal trabajo realizado por anotadores en la última posesión y el equipo arbitral durante todo el partido queriendo ser protagonistas cuando tienen que serlo las jugadoras. Y cada año peor, el arbitraje madrileño debe mejorar para estar a la altura de lo que merecen sus clubes. Menos queja y más trabajo, por lo menos el mismo que hacemos los equipos.